sábado, 16 de noviembre de 2013

El zorrito de felpa y su hilo rojo - TakaChii/YamaChii

AUTORA: ALEX PARK
PAREJA: TAKACHII/YAMACHII
EXTENSIÓN: ONE SHOT

“EL ZORRITO DE FELPA Y SU HILO ROJO”

Chinen era un zorrito de felpa suavecito y bonito, sus colores naranja claro y blanco brillaban aún estando algo sucio por su edad y uso.

Chinen tenía unos enormes y cristalinos ojitos de vidrio, que mostraban una mirada diferente a las que todos sus amiguitos estaban acostumbrados a ver. Su nostalgia y dolor eran muy grandes, ya que su “dueño” Takaki, lo había llevado al desván porque le daba vergüenza que sus amigos le vieran.
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      ¿Ya soy muy feo? ¿Mi pelito ya no está lo suficientemente brillante para que Takaki me quiera? – se pregunta lastimosamente con pequeñas lagrimas –pelusas cayendo de sus mejillas.
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      -No me gusta estar aquí… - un hipo sale de sus labios mientras llora, viendo a su alrededor los muebles viejos y sucios, repletos de telarañas, los cuales eran su mundo desde hace 3 días.

Chinen caminó, tosiendo de vez en cuando gracias al polvo que ahí abundaba; caminó y caminó hasta llegar a la pequeña ventana, la única entrada de luz que existía en aquella olvidada parte de la casa.

Escala las cajas, sentándose en el borde, suspira tratando de apaciguar su corazón.
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      Quiero volver abajo, quiero jugar con Daiki y Hikaru, quiero ver el jardín desde la ventana, quiero que me quieran como soy… no he hecho nada malo, deseo volver… sáquenme de aquí… - solloza cubriéndose los ojos con sus patitas. Se sentía abandonado, destruido, se sentía inútil, feo, sentía que no servia para nada, que su existencia dejó de tener sentido cuando vio la terrible pena y coraje en el rostro de su dueño cuando sus amigos se burlaron de él.
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      Ellos nunca podrán entender todo lo que pasamos juntos, lo vi llorar, reir, enorjase, enamorarse… yo era su amigo fiel y el me cuidaba con ahínco, lavando el peluche de mi cuerpo y limpiando mis ojitos hasta que quedaran nuevamente resplandecientes.

Chinen miró hacia la ventana, logrando vislumbrar a Takaki hablando con su novio Yabu, ya a sus 13 años no se concentraba en nada más que en sus amigos humanos y el chico que le gustaba; tenía que crecer y él lo sabía, pero en el fondo de su corazón esperaba que su lugar se quedará ahí para siempre, siendo el compañero mudo de aquel niño que se había vuelto joven…

La noche cayó y las lágrimas del zorrito de felpa pararon hasta que se quedó dormido, esperando que esto solo fuera una pesadilla, porque aún cuando debería ser fuerte, no podía evitar…

Sentirse totalmente solo.

1 semana…
3 semanas…
1 mes…

Ya estaba lleno de polvo, varios hilos de su cuerpo fuera de lugar; se sentía muerto en vida, no hablaba, no tenia con quien, ya no lloraba porque sus lagrimas de pelusa se habían agotado junto con su esperanza de que Takaki se arrepintiera,fuera por el, lo abrazara y le dijera que se quedarían juntos para siempre.

El zorrito de felpa ya no tenía sonrisa, sus antes centellantes ojos eran opacados por polvo y tristeza; hubo momentos en los que trató de reponerse pero volvió a caer, tosiendo por culpa del polvo que había invadido su cuerpo.

La esperanza no existía y recordó las palabras de la madre de Takaki una vez que no tenía confianza de entrar al equipo de futbol – La esperanza es lo último que muere, amor – palabras que el jovencito tomo para darse valor y lograr sus metas, palabras que daban aliento…

A él solo lo hacía darse cuenta de que realmente no le quedaba nada… ni vida, ni luz, ni belleza, ni amigos, NADA…

Chinen  bajó su mirada a sus bracitos, observando aquel hilo rojo que tanta tentación le daba por jalar – tal vez así me libere de este terrible lugar – pensaba constantemente, pero no tuvo el valor en todo ese tiempo de “escapar” de ese sucio y olvidado sitio.

Pero ahora… estaba cansado, frustrado… solo quería desaparecer.

Su garrita izquierda tomo suavemente aquel hilo rojo que yacía en la costura más importante de su muñeca, él sabia que probablemente al jalarlo se deshacería por completo… pero es que sentía que no tenía más que perder…

No quería seguir viviendo como un estorbo. Volvió a concentrar sus pensamientos en el movimiento de su garrita en el hilo, cerró sus ojitos, y cuando estuvo apunto de jalar con las pocas fuerzas que tenía, la entrada del desván, dejando ver a la pequeña prima de Takaki, una niña de 5 años de ojos grandes color café, piel aperlada y cabello largo ondulado; hace muchísimo que aquella niña no pisada el que Chinen sentía su hogar.
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            - Cof cof! – tose el chico mientras caminaba por el desván –polvo estúpido déjame en paz – “regañó” Ryosuke; se asomoó y tomo todo aquello que le llamaba su atención, todo frente a los ojos del osito de felpa.

Repentinamente aquellos enormes ojos se toparon con la desolada mirada de Chinen; Ryosuke corrió, tomando al aquel sucio pero lindo zorrito que acababa de encontrar, lo sacudió con delicadeza y lo abrazó.  El zorrito de felpa quedó sosprendido, su garrita siendo alejada de lo que para él, era el fin de su triste existencia.
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       -Qué bonito eres! Me quedaré contigo, pero no le digas a mi primo Takaki ¿ok? – la pequeña se sonríe a Chinen, quien le devolvió la sonrisa débilmente, aún impresionado por el milagro que era la presencia del pequeño Ryosuke.
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             -Gracias… - susurró el osito de felpa dejándose manejar por su nueva dueña quien bajaba las escaleras hasta tomar la mano de su madre. Pensó que no volvería a ver la luz del día más allá de la empolvada ventana, y en ese momento se dio cuenta…

Que realmente la esperanza no debe perderse, que la vida vale la pena, incluso una larga espera, que nunca debió rendirse y que estuvo a punto de cometer un terrible error…

Un error irreparable… del que un milagroso chico lo salvó.


FIN

2 comentarios:

Con un "gracias" es suficiente :D