AUTORA: ALEX PARK
PAREJA: TAKACHII/YAMACHII
EXTENSIÓN: ONE SHOT
“EL ZORRITO DE FELPA Y SU HILO ROJO”
Chinen era un zorrito de felpa suavecito y
bonito, sus colores naranja claro y blanco brillaban aún estando algo sucio por su
edad y uso.
Chinen tenía unos enormes y cristalinos
ojitos de vidrio, que mostraban una mirada diferente a las que todos sus
amiguitos estaban acostumbrados a ver. Su nostalgia y dolor eran muy grandes,
ya que su “dueño” Takaki, lo había llevado al desván porque le daba vergüenza
que sus amigos le vieran.
-
¿Ya soy muy feo? ¿Mi pelito
ya no está lo suficientemente brillante para que Takaki me quiera? – se
pregunta lastimosamente con pequeñas lagrimas –pelusas cayendo de sus mejillas.
-No me gusta estar aquí… - un
hipo sale de sus labios mientras llora, viendo a su alrededor los muebles
viejos y sucios, repletos de telarañas, los cuales eran su mundo desde hace 3
días.
Chinen caminó, tosiendo de vez en cuando
gracias al polvo que ahí abundaba; caminó y caminó hasta llegar a la pequeña
ventana, la única entrada de luz que existía en aquella olvidada parte de la
casa.
Escala las cajas, sentándose en el borde,
suspira tratando de apaciguar su corazón.
-
Quiero volver abajo, quiero
jugar con Daiki y Hikaru, quiero ver el jardín desde la ventana, quiero que me
quieran como soy… no he hecho nada malo, deseo volver… sáquenme de aquí… -
solloza cubriéndose los ojos con sus patitas. Se sentía abandonado, destruido,
se sentía inútil, feo, sentía que no servia para nada, que su existencia dejó
de tener sentido cuando vio la terrible pena y coraje en el rostro de su dueño
cuando sus amigos se burlaron de él.
-
Ellos nunca podrán entender
todo lo que pasamos juntos, lo vi llorar, reir, enorjase, enamorarse… yo era su
amigo fiel y el me cuidaba con ahínco, lavando el peluche de mi cuerpo y
limpiando mis ojitos hasta que quedaran nuevamente resplandecientes.
Chinen miró hacia la ventana, logrando
vislumbrar a Takaki hablando con su novio Yabu, ya a sus 13 años no se
concentraba en nada más que en sus amigos humanos y el chico que le gustaba;
tenía que crecer y él lo sabía, pero en el fondo de su corazón esperaba que su
lugar se quedará ahí para siempre, siendo el compañero mudo de aquel niño que
se había vuelto joven…
La noche cayó y las lágrimas del zorrito de
felpa pararon hasta que se quedó dormido, esperando que esto solo fuera una
pesadilla, porque aún cuando debería ser fuerte, no podía evitar…
Sentirse totalmente solo.
1 semana…
3 semanas…
1 mes…
Ya estaba lleno de polvo, varios hilos de su
cuerpo fuera de lugar; se sentía muerto en vida, no hablaba, no tenia con
quien, ya no lloraba porque sus lagrimas de pelusa se habían agotado junto con
su esperanza de que Takaki se arrepintiera,fuera por el, lo abrazara y le
dijera que se quedarían juntos para siempre.
El zorrito de felpa
ya no tenía sonrisa, sus antes centellantes ojos eran opacados por polvo y
tristeza; hubo momentos en los que trató de reponerse pero volvió a caer,
tosiendo por culpa del polvo que había invadido su cuerpo.
La esperanza no
existía y recordó las palabras de la madre de Takaki una vez que no tenía
confianza de entrar al equipo de futbol – La
esperanza es lo último que muere, amor – palabras que el jovencito tomo
para darse valor y lograr sus metas, palabras que daban aliento…
A él solo lo hacía
darse cuenta de que realmente no le quedaba nada… ni vida, ni luz, ni belleza,
ni amigos, NADA…
Chinen bajó su mirada a sus bracitos, observando
aquel hilo rojo que tanta tentación le daba por jalar – tal vez así me libere
de este terrible lugar – pensaba constantemente, pero no tuvo el valor en todo
ese tiempo de “escapar” de ese sucio y olvidado sitio.
Pero ahora… estaba
cansado, frustrado… solo quería desaparecer.
Su garrita izquierda
tomo suavemente aquel hilo rojo que yacía en la costura más importante de su
muñeca, él sabia que probablemente al jalarlo se deshacería por completo… pero
es que sentía que no tenía más que perder…
No quería seguir
viviendo como un estorbo. Volvió a concentrar sus pensamientos en el movimiento
de su garrita en el hilo, cerró sus ojitos, y cuando estuvo apunto de jalar con
las pocas fuerzas que tenía, la entrada del desván, dejando ver a la pequeña
prima de Takaki, una niña de 5 años de ojos grandes color café, piel aperlada y
cabello largo ondulado; hace muchísimo que aquella niña no pisada el que Chinen
sentía su hogar.
-
- Cof cof! – tose el chico
mientras caminaba por el desván –polvo estúpido déjame en paz – “regañó” Ryosuke;
se asomoó y tomo todo aquello que le llamaba su atención, todo frente a los
ojos del osito de felpa.
Repentinamente
aquellos enormes ojos se toparon con la desolada mirada de Chinen; Ryosuke
corrió, tomando al aquel sucio pero lindo zorrito que acababa de encontrar, lo
sacudió con delicadeza y lo abrazó. El zorrito
de felpa quedó sosprendido, su garrita siendo alejada de lo que para él, era el
fin de su triste existencia.
-
-Qué bonito eres! Me quedaré
contigo, pero no le digas a mi primo Takaki ¿ok? – la pequeña se sonríe a Chinen,
quien le devolvió la sonrisa débilmente, aún impresionado por el milagro que
era la presencia del pequeño Ryosuke.
-
-Gracias… - susurró el osito
de felpa dejándose manejar por su nueva dueña quien bajaba las escaleras hasta
tomar la mano de su madre. Pensó que no volvería a ver la luz del día más allá
de la empolvada ventana, y en ese momento se dio cuenta…
Que realmente la
esperanza no debe perderse, que la vida vale la pena, incluso una larga espera,
que nunca debió rendirse y que estuvo a punto de cometer un terrible error…
Un error irreparable…
del que un milagroso chico lo salvó.
FIN
awww que hermoso!!!!
ResponderBorrarkawaii!!!!!!
<3
Que hermoso y tierno fue está historia yamachii ☺
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